Minicrónicas de viaje: Holguín

Palestina



En Palestina la arquitectura art deco es común como en cualquier otro sitio de Cuba que hayamos visto antes! No hay demasiadas casas monumentales ni edificios neoclásicos que deslumbren, pero zonas comerciales que ofrecen la estampa de un esplendor anciano y carcomido, tal cual en otras partes! En Palestina hace calor y el sol arrecia, pero hay portales por donde puedes pasar la sombra, un aguacero, el aliento! Los palestinos son amables, te notan el acento que tu mismo no puedes notarle a ellos. “Tú no eres de aquí eh?”, me dicen! Los palestinos andan apurados, o trabajando, o vagueando o turisteando! Venden en las esquinas y toman cervezas en algún bar! Por cierto, en Palestina hay cerveza Cristal a borbotones! El boulevard palestino no es diferente a ningún otro, y la vida que se respira es cultural e intensa! Yo pudiera vivir en esta ciudad de Palestina que llaman Holguín, donde la gente tiene un encanto propio y también común al mío! Donde también hay carteles con el concepto de Revolución y personas que venden dólares en los rincones! Donde hay parques hermosos y una historia bellísima, custodiados todos por una inmensa cruz -Dios, vaya que nos contradecimos- en una colina que los vigila! “Porque vas a ir solo a Pelastina?”, me preguntaron! Yo, que también he sido palestino, solo me he dicho: vine a Cuba.

Un café bombón


El desayuno del primer día lo pedí en un pequeño sitio llamado Pochos. No había más que café y pizzas, así que a media mañana ordené un “café bombón”. Al ver mi pedido en mesa le reclamo al dependiente: “oiga, me ha traído un expresso y yo quería un bombón”. “Sí, es un café bombón, le traemos un café normal con un bombón fíjese bien!”, me aclara. Yo asentí con ganas de reír y bebí! Pero me quedé esperando mi café con leche condensada! Par de amigas me escriben y me recuerdan que los holguineros son muy literales. A una le trajeron un café con hielo cuando pidió un café frío, a la otra un bocadito de helado que, literalmente, eran dos lascas finas de panetela con una bola de helado en el medio.

La leyenda



En el museo de la Periquera, me encuentro una leyenda de amor bellísima entre un capitán militar y la esposa de un comandante! Ambos se ahogaron en el túnel donde iban a amarse muy a menudo. Pero lo único que se me graba en la cabeza es la forma despiadada en la que luego los sepultaron: él, con todo los honores militares, ella, en una fosa común en la falda de la loma de la cruz, como mujer deshonrada!

El pedido 



Restaurante Constelaciones, 8:45 PM!
Yo: y me pone esta opción de tostones!
Él: Un tostón?
Yo: Un tostón?????
Él: Sí, un tostón!
Yo: Cada tostón cuesta 4 pesos cubanos?
Él: Sí, cada tostón cuesta 4 pesos cubanos!
Yo: eso es muy poquito!?
Él: Sí es muy poquito
Yo: póngame dos? O bueno, tres o cuatro?
Él: Sí, cuatro entonces!
Yo: claro, usted cree que con eso es suficiente?
Él: Sí, yo creo que sí!
El dependiente se retiró y al rato me trajo un plato con cuatro raciones de tostones! Solo pude comerme una!

Caletones 


 La foto representa el espíritu de StereoG, el festival de música electrónica que se celebra en la playita de Caletones, en Gibara! El espíritu, pero no la carne (ni el pescado). Si no fuera por la tarima cool, y los DJ, y la gente de toda Cuba bailando, aquello serían unos carnavales que no tuvieran nada que envidiarle a los de Banao: ni por los puestos derruidos de fritas, ni por los quioscos de ron y cerveza, ni siquiera por el reguetón! El pueblito es feo con “f” de fango, del fango que se ve en el agua de la playa! La experiencia es divertidísima, pero el festival merece un mejor escenario. Y esto lo digo desde el cariño y el sobrecogimiento que me provocó ese hermoso atardecer!

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