El día en que me plagiaron


Hace mucho tiempo atrás, un post en este blog del 28 de marzo de 2013, titulado Narciso López y la bandera de Trinidad, sobre el período de gobernación de este personaje en la tercera villa y la bandera resultante de la Conspiración de la Mina de la Rosa Cubana, fue copiado. El 18 de octubre de ese año vi este otro post que a su vez inspiró este artículo en Ecured. Cuando hablé en privado aquella ocasión con el autor (que resultó ser también editor de esta clase de wikipedia cubana), me explicó que, en efecto, se había "inspirado" en mi texto para escribir su artículo. Yo, novato pichón de periodista, lo interpreté como un cumplido —acaso un guiño— a mi trabajo, que por primera vez estaba siendo de alguna forma reconocido. Sin embargo, en el nuevo texto no apareció mi nombre por ningún lado y difícilmente su proceso productivo fue más allá de la "inspiración". Y yo había tenido que investigar bastante, porque el post fue resultado de un trabajo de curso para la asignatura Historia de Cuba, en la universidad. Sinceramente, no creí, ni creo, que el mío fuese el gran trabajo. Quizás por eso en aquella época decidí dejarlo así. Pero gracias a la experiencia que he adquirido en estos pocos años, se que la labor de uno —y, sobre todo, el tiempo empleado para ello— hay que valorarlo y punto, por pequeño que sea. Nadie sabe cuánto hay que caminar, leer e investigar a veces para escribir dos líneas y lo menos que esperamos es que si esas líneas trascienden a uno le reconozcan la contribución.
Traigo a capítulo esta historia porque casualmente una amiga requirió de información referente al tema de mi artículo, y quedó estupefacta cuando le comenté que lo que había descargado de Ecured en realidad lo había investigado yo. Solo así comprendí cuán ingenuo e inmaduro fui en aquel momento. Por eso, este mensaje va dirigido a aquellos periodistas novatos que se aventuran en las redes (terreno fértil para el plagio), estudiantes o recién graduados, para que sepan defender sus contenidos y valoren mucho más su trabajo.

P.D.1 No creo que hubiese malicia en quién plagió, más bien desconocimiento y hasta ingenuidad. Pero incluso eso me parece más peligroso.

P.D.2 Aunque haya descubierto el plagio en el blog Verbiclara, mi amiga Amparo Ballester no tiene nada que ver con el asunto, sino que que ella descubrió primero el otro artículo. Cuando le comenté lo sucedido, tuvo la delicadeza de publicarme el mío también.

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