Olor de Santa Clara
Me cuesta escribir de Santa Clara. De sus calles y plazas, de su gente, de sus achaques como parte de mi Cuba. Me cuesta entender qué hago en estos predios sin saber a plenitud cómo se vive y se respira (como si el fantasma de Trinidad no dejara desarrollar mi mente) ¿Será que aún no hecho raíces aquí?
Santa Clara es de espíritu artístico. Nadie que la conozca puede dejar de admirarla. Santa Clara es Marta Abreu, es el Che. Es Feijoo y es Anido. Es trovuntivitis, universidad, Mejunje. Es también Silverio, que es lo mismo que diversidad, que es color, que es alegría.
Santa Clara, aun con todo, se me escurre entre las manos. Mis jefes me dicen: ¿cuándo vas opinar sobre la ciudad, sobre la realidad del día a día? Y el fantasma de Trinidad todavía me persigue. ¿Acaso Santa Clara no es Cuba? ¿Acaso Santa Clara no existe desde el socialismo nuestro de cada día? ¿No es de cambios sociales, de actualización del modelo económico y de lineamientos? Es de dominó y de ron santero, de curas, changó y Céspedes.
Quiero sentir el olor de Santa Clara, el de las historias de vida en sus rincones, el de los mitos escurridizos de la gente, el de tradiciones, el de espectáculos auténticos, el de jóvenes del malecón, el de Leoncio Vidal en las tardes de otoño, el de la música, el pincel, el espectáculo. Quiero sentirlo, como un sabueso que rastrea el alma en busca de su esencia, y hacerla mejor, desde mi palabra, y llevarla al mundo, para que nadie, ni en el más remoto de los parajes, deje de respirarla. Todavía no lo encuentro, Dios, el olor de Santa Clara.
Y de olor va la esencia, la añoranza... No es extraño que te suceda. Soy de esos trotamundos que lleva su casa a cuestas y cuando llego a un nuevo paraje lo primero que busco es su olor. Tal vez el salitre del mar trinitario se ha colado muy hondo en tus pulmones, tal es la venganza de esa ciudad por irte a vivir lejos; tal vez es la traición de tu inconsciente que te pide a gritos regresar (o huir más lejos). Pero después de todo no es tan malo... no encontrar el olor te obligará a seguir buscando, y será entonces que encuentres más que aquellos que llevan toda una vida viviendo en santa Clara. sí, estoy seguro de que encontrarás mucho.
ResponderEliminarGracias por tan talentoso blog