Se acerca el fin de los tiempos... como estudiante
Tomada de Juventud Rebelde |
El ciclo se
repite cada año: campus demasiado
verde (las yerbas nos tapan las piernas), polvo en los pasillos, en las
ventanas, dentro de cuartos y hasta en los baños, en las aulas, los
laboratorios… en el viento (como si parecieran una lámpara, de esas que al
frotarse descubrían a los genios de la mitología medioriental), el comedor aun
con ínfimas provisiones y los merenderos cerrados (imaginen el panorama
alimenticio), y como novedad para este año, los avatares del estudiantado para
con el abasto de agua, que promete ser una gran piedra en el zapato en esta
etapa 2013-2014.
Sin
embargo, este año cobra un matiz diferente para mí. Cierta dosis de melancolía,
tal vez nostalgia, acaso tristeza, me invade estos últimos días de agosto. Lo
experimenté por un viaje furtivo hasta mi centro de altos estudios, en un afán
recreativo más que preparación para el nuevo curso.
Frente
arrugada, quejas, estornudos y hasta cierta dosis de maldiciones, no me
permitieron dejar de pensar diferente a los pocos minutos. Recordé mis primeros
paseos por el campus declarado
monumento nacional por sus valores estéticos y arquitectónicos. Volví a ver la
universidad majestuosa, omnipotente como los primeros días, aun cuando los
signos de los años se escurren por entre la maleza y la pintura corroída de
algunos sitios. Caminé sin dejar rastro de mis pensamientos, con solo con una
frase que volvía una y otra vez, y de nuevo me martillaba la cabeza:
¡Coño,
estoy en 5to año, en poco más de 10 meses dejaré de ser estudiante!
¿Cómo me puede saber a disgusto este nuevo curso? ¿Por qué
dejar que un malhumor empañe las ganas de vivir de un estudiante universitario,
tan libre y tenaz como siempre? ¿Alguien puede decirme la manera de adaptarse a
ver cada vez menos un aula, compañeros de clase, un profesor, una tiza, una
pizarra? ¿Cómo hacerlo, cómo, si ha sido una realidad por más de 15 años? Tengo
23, ha sido, hasta el momento, casi toda mi vida.
Por eso no puedo escribir ahora mismo sin pensar en todos
los inicios de curso; en aquel llanto por ver marcharse a mi mamá cuando inicié
preescolar, la emoción del primer grado y decir ¡pronto sabré leer!, el cambio
de pañoleta en 4to, el de uniforme en 7mo. La primera beca, el IPVCE Eusebio
Olivera, y por fin, el periodismo, en la Universidad Central… Definitivamente
20 años nos son nada.
Ya casi soy periodista Pepe, Josefa, Humberto, Idalmis…
personas que siempre infieren, no se con que posesión demoníaca: “que bueno que
ya terminas ¿en 5to? Al fin, mijito, me alegro por ti”. Pero no, aunque
asienta, no me conformo con saber que en un año duplicaré responsabilidades,
lucharé contra los bajos salarios, contra la situación de vivienda, contra las
relaciones humanas y en fin… contra lo pérfido de este mundo. Estaré lejos de
esa urna de cristal que es la universidad, como la definiera una colega.
Cuando este lunes 2 de septiembre cruce el umbral de la
facultad una vez más, prometo no recordar los avatares de la beca, prometo
olvidar y hasta vivir. No importan las yerbas altas, el polvo en el viento, ni
siquiera que se avecine un semestre de estudio agotador o una tesis que anuncie
ojeras y caída de pelo… prometo no relegar mi último año como estudiante.
Luiso, la verdad que me conmovio tu escrito, es una realidad que nos golpeara a partir del lunes, espero poder disfrutar de cada momento futuro juntos como buenos amigos. Saludos.
ResponderEliminarmira que me lo dijeron y no lo creí hasta que lo viví...!!!!!!! la universidad es única, es un espacio importante de la vida que nada puede llenar, ni las bodas, los hijos, es una etapa que tiene sus inimaginables atractivos. Depende de ti cumplirlos, incluso en quinto ano, que siempre hay tiempo para todo... jajajaja. Y cuando empieces a trabajar, te atacará una nostalgia que te comerá desde adentro, es muy difícil, si dejas atrás amigos de verdad... pero como digo yo, es una puerta más.... y disfruta coño jajaja
ResponderEliminarJosé, pues ya lo estoy intentando, así que tal vez pronto diga mis experiencias de 5to año pronto. Saludos
Eliminar... es verdad, la vida de estudiante es especial, sera lindo recordar todas las penurias de las becas, la cola en los comedores, y yo con casi 60 recuerdo aun la campana para levantarse, la escuela al campo, el plan viandero de manacas, palo bonito en 1970 que de bonito no tenia nada.. pero un dia como hoy amaneci en mi solitaria casa en hialeah recordando mi etapa de adolescente y al poner la radio estaba la cancion de Emmanuel "esa era la vida".. y disfrute mis recuerdos, las ampollas que me hicieron las botas rusas mientras trataba de subir las lomas del escambray para llegar al fin a caballete de casa, campamento del che, lugar donde celebramos nuestra graduacion del 1974 los jovenes de santa clara... recuerdo la primera noche en los caneyes donde la UJC nos hizo una fiesta y al otro dia salimos hacia fomento... hace 18 anos que vivo en estados unidos y he visitado, varios paises incluyendo Canada, Francia, espana, Belgica, Alemania etc y no recuerdo una mejor excursion que esa al escambray... esa es la vida amiguito.. pero cada etapa tiene sus encantos y cada una de ellas hay que vivirla.. un abrazo
ResponderEliminarCuanto me alegra que este post le haya despertado tantas nostalgias, y cuanto me alegra que no sea solo yo quien sienta estas cosas tan lindas por la universidad. me alegra que después de tantas experiencias y aventuras, este rinconcito se le guarde tan bien en el corazón. Muchas gracias por acercarte al blog. Saludos
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