El tío Adín
De aquella familia enorme recuerda con imagen de daguerrotipo al tío Adín, el más joven de los hermanos de su madre Nicomedes. Pocos años le llevaba, y por eso cuando iba a la casa con regalos lo sentía como un hermano… Era alto, rubio, todo un gallego como buen hombre de apellido Toledo. Venía con olor a caña y a grasa de ingenio, porque solía trabajar en los centrales azucareros de la región.
Lo vio partir a los EE.UU antes del 59, y prometió regresar algún día, promesa que no se sabe a ciencia cierta si logró cumplir, porque nadie lo recuerda con exactitud. Silvia lo extraña, hace bastante tiempo dejó de saber de él. “Ninguno existe”, piensa y se levanta, pero ya fue demasiado por hoy en eso de sumergirse en las nostalgias. Todavía tiene vida, así que saldrá a dar su habitual paseo por la vieja ciudad de Trinidad.
Ella acostumbra a recorrer las calles antiguas. Lo hace porque siente que su casa parece devorarla, su casa vieja, su casa grande, su casa de tejas de barro, de cuatro cuartos para una persona; su casa sumergida entre jarrones de porcelana china y tapetes de randa trinitaria. Su casa donde aun observa aquella familia que tanto amaba.
Hoy, no sabe por qué, la imagen de Adín no sale de su cabeza. Cuando cierra los ojos lo ve trabajando, como dicen que continuó haciendo fuera de Cuba. Un hombre de carácter afable, tan dulce, dicen quienes lo vieron allá en el Norte que formó una familia hermosísima, que fue padre ejemplar para sus hijos. “Ninguno existe”, piensa, camina y deja de recordar, que ya la fiesta está llegando y debe buscar primero a su amiga Emelina.
Mi abuela Silvia, a sus 80 y tantos, poco sabe de las nuevas tecnologías, de Internet o de Facebook. Poco sabe ella, pero su nieto menor todo lo contrario, su nieto menor entiende las nuevas tecnologías y logró comunicarse con su sobrina Aida que vive en Hialeah: “dile a tu abuela que su tío Adín cumplió 100 años la semana pasada, que está muy bien y que se acuerda de ella”. Ahora, cuando yo termine de teclear este post, mi abuela Silvia recibirá una buena noticia.
Bueno tu artículo,sigue desarrollando ideas como estas q nuestra familia tiene buenas fuentes de inspiración .Cariños y cuidate mucho
ResponderEliminarAida, de mi abuela Silvia se puede escribir un libro, prometo inlcuir más historias sobre ella en este blog. Besos
EliminarComo puedo hacer eso
ResponderEliminarContar desde cuba cosas como tu???? Por fa comunicate conmigo yirlandygil@gmail.com